lunes, 9 de febrero de 2009

2ª Parte.

2ª Parte.


¿Como el perfecto Dios pudo permitir que esta raza desarollase el factor de desequilibrio (inteligencia)? ¿Como pudo dar a luz a sus verdugos?

Ya basta de pensar en Dios como un ser racional, con metas, sueños y deseos. No. Dios no es más que la vida, el complejo, inalcanzable, y maravilloso sistema vital de la tierra. Los árboles, como altos centinelas protegiendo a sus hijos, ofreciendo su vida sin pedir nada a cambio, purificando el aire, las aves surcando el cielo inmenso, los reptiles, fundiendo su vientre a la tierra y disfrutando del sol,... todos ellos son Dios, que no es mas que la voluntad de vivir.

¿Como pueden creerse la obra maestra de dios, si su mera existencia supone un peligro para él?

Dios está en la naturaleza. Ellos la abandonaron. ¿Quien es lucifer en esta biblia natural? Ellos, los que saquean, los que extinguen, los que asesinan, los que inventaron el odio, los que contaminan, los que destruyen, los que no piensan sino en sí mismos. Los hijos que comen demasiado, dejando secos los senos de su madre, matándola lentamente, succionando hasta la ultima gota de sus recursos. Y no solo eso. Tambien roban a su prójimo los recursos que la propia naturaleza les ofrece. Por extraño que suene, la menor parte de la poblacion de estos seres llamados humanos se come lo de todos los demás.

¿Existe un ser mas despreciable que este? Directamente, los animales estan por encima del bien y el mal, meras invenciones humanas, absurdas y falsas, y aun así, los animales no se libran de sufrir en sus carnes nuestro "bien y mal".

Incluso el mas santo y bueno de los humanos es completamente malvado y egoísta, si no lo fuera, ya se habría suicidado.









"El trabajo de los filósofos es matar niños"
Descartes. Discurso del método.



La biblia de la ardilla. Apocalipsis 13:10

domingo, 8 de febrero de 2009

De como mordí la vida hasta hacerla sangrar.

Primero estaba el incognoscible Caos. De él surgió el Orden, instaurando así el equilibrio primigenio, la dualidad, la esencia del génesis.

El Caos obtuvo así cualidades del orden, estructurándose, formando lo que subjetivamente cada ser experimenta como realidad. Mas la realidad es como una moneda de la que solo vislumbramos una cara (el Orden) mientras que la otra nos permanece oculta (Caos). Esto se debe a que nosotros, los seres vivos, somos hijos del orden, bastardos del caos.

Tras el cisma del Caos y el Orden, surgió una energía. Las palabras no bastan para explicar la inmensidad y complejidad de esta energía, ni mucho menos su origen exacto, mas esta energía es la que impulsa toda reacción física en su principio, ya que sin reactivo no hay reacción. Esta energía, llámese como se quiera, forma un todo indivisible, que cambia y se transforma adoptando diferentes cualidades de materia, pero permanece, encerrada para siempre en un ciclo inmutable, que se recicla a sí mismo.

La energía cobró su mayor cualidad: La vida.

Y nació dios...

.... formando así el eje, la balanza que sostiene estoicamente el equilibrio de todas las vidas. Este dios, ungido en el charco primigenio, surgió de las aguas, cual bestia del cieno, arrastrándose por el fango, hijo de los árboles, exhalaba vida con cada aliento, iniciando así, la vertiginosa vorágine que impulsó a la vida a tomar más y mas formas, hasta que el equilibrio se fue tornando cada vez más complejo, más diverso. El dios de las mil caras extendió sus brazos y se apoderó de la tierra hasta hacerse uno con ella misma, conquistando así su ígneo corazón de lava.
El dios, fundido en esencia y alma a todos sus hijos estableció lo que llamamos naturaleza, pues ella es, dios, el fin primero y último de todas las cosas.

Pero en algún momento incierto, algunos hijos del dios comenzaron a cambiar.

Adquirieron el poder de una maldición que los separaría para siempre del todo divino.

Su inteligencia, les llevó a rebelarse, inconscientemente, contra las leyes del dios. En vez de formar parte del equilibrio, comenzaron a aprovecharse de lo natural en su beneficio, y así se alejaron del cielo, abandonando el camino de los mil dioses, dispuestos a crear el suyo propio, separándose así del todo natural y perfecto, y a tomar consciencia de su propia individualidad. Se llamaron desde entonces "Humanos", pero en realidad son ángeles caídos. Los más solitarios seres de la tierra.

Únicos son, sin embargo, estos demonios que, cegados por su orgullo, se creyeron dueños de todo. Atrapados, solos en un camino incierto, se dedicaron a crear un nuevo mundo que les salvase de su caída. Crearon sus propias reglas, sus propios códigos para entender la realidad, se creyeron dueños y señores de todo, capaces incluso de crear a un nuevo dios , a su imagen y semejanza, un dios de la muerte y de la negación de la vida, como un ídolo falso que portar contra su dios-padre,el de la vida, su mas pura antítesis.

Negaron el equilibrio de la tierra e instauraron su propio sistema. Lo llamaron moral.

Una moral inválida, una moral que encierra a los humanos en su propio sueño, para evadirse de la verguenza, del rencor que portan , por haber sufrido su particular maldición. La moral es pues un sueño, una ilusión, un código variable y violable, que nada tiene que ver con el de la sabia naturaleza.

Inmersos en su ficticio mundo, prosiguieron su camino , condenandose a si mismos. Como un virus, su número fue creciendo a ritmo bacteriano, propagándose por toda la tierra, devorando todo a su paso, subyugando todas las razas, aniquilando la vida, en una suicida carrera hacia la autodestrucción.

¿Les importa a ellos? ¿Son acaso conscientes de su propia condenación?

No, pues, gracias a sus sistemas ficticios que conforman el mundo humano, dan sentido a su suicidio , a su orfandad. Su moral, su ciencia, su tecnología, no son mas que formas de crear quimeras, quimeras inundadas del ego de sus creadores, donde encontrar la forma de ser propiamente dioses de su mundo humano, dueños pues de la tierra, de su madre, del maravilloso y perfecto sistema de dios, violándolo y destruyéndolo, subyugándolo, creyendose sus únicos amos.

Jamás pidieron perdón, jamás tomaron su inteligencia como una maldición, sino como una virtud, algo que inmediatamente los hace superiores a todos los demas seres, a toda vida existente. Ellos mismos, pobres ilusos, se creen el máximo exponente de la vida, la perfección, la meta de la evolución, el fin del camino. Con derecho pues, a someter todo lo demás a su servicio. Tan lejos llegó su egoísmo y su vanidad, que, paradójicamente, comenzaron a destruir su propio sustento, su medio, agotando sus recursos, destruyéndolo sin piedad, extinguiendo especies, luchando también entre ellos, pudriendo la tierra, el mundo, en un bonito regalo para sus hijos. Y esque no hay que olvidar, que este ser se considera un ser individual, hecho que hace anidar las raíces del egoísmo en lo mas hondo de su corazón.

Ni su ciencia ni su moral podrán salvarlos de su propio egoísmo.





No hay duda de que estos seres, llamados humanos, poseen cualidades, derivadas de su razón, que los hace mucho mas aptos para la supervivencia, incluso para alargar y mejorar su existencia. Habria sido el camino de la autosuperación, el camino hacia un estado de consciencia superior, una existencia en equilibrio. Podriamos haber sido dioses pero preferimos ser gusanos.

Lo que imposibilita a los seres humanos el convertirse en dioses es el sometimiento tácito a un ser, un ente montruoso, una cárcel que negó su experiencia vital reduciendola a una insípida y banal vida en pos de objetivo colectivo, un sometimiento de sí mismos, una de sus peores limitaciones para vivir de forma plena, la muerte del libre albedrío.
Se le llamó Sociedad.

Este monstruo, ridículo amago de la organización natural, actúa como un maligno elemento de colectivización en pos de un fin superior, un fin absurdo, un fin que no es mas que la sublimación del egoismo, a costa de la libertad individual.

Podemos decir pues, que la Sociedad solo es producto del egoísmo humano.

La monstruosa multiplicación demográfica de los seres humanos fue lo que los impulsó a juntarse y encerrarse en insanas ciudades, donde tu libertad se ve limitada por la de los demás, donde la muerte se acumula como la basura, donde cada vez hay menos verde, y mas humo y gris. Estas ciudades son el mayor exponente de la muerte natural, de la miseria humana y de la suciedad. El icono que simboliza el último paso que dio el hombre para alejarse del camino de la vida, en pos del de la muerte.


Fin de la primera parte.



La biblia de la ardilla. Apocalipsis 13:10.